lunes, 17 de agosto de 2015

Carta de suicidio del amor de un hombre

Queridos y queridas personas:


He aquí yo una vez más. De pie frente a la vida y al azar de las personas. O también de pie ante las personas y los azares de la vida. Da igual. Dentro de un momento nada de eso va a importar. Que hablen de oportunidades, de excesos, de autoestima… eso ya no es relevante. Pero… también me siento en la obligación de siquiera explicarles el porqué de esta decisión; ya que después de todo me he caracterizado de ser un ser muy razonable.
Muchas personas hablan de moverse según la lógica. Pero de qué influyen proposiciones y axiomas en la vida, cuando esta se torna muy ilógica y disparatada cuando te pones a hablar de sentimientos. Estos logran que un bonito cuadro mental con lista de quehaceres, tareas y logros bien fundamentados se vuelva un torbellino de destrucción masiva y te quedes solo, sin nada y sin vida al final; convirtiéndote en un triste e inmundo desparpajo de carne andando por ahí. Peor por lo que se hacen duros en la vida: son lo que más fácil caen si cae una pequeña chispa. Los que más aparentan y los que más asco dan a estos que andamos por la vida tomando en cuenta al… corazón.
Pues bien, la vida no es fácil.  Ya dijeron que la vida se coge a todos. Y cada persona tiene una historia de desesperación que contar. Es genial ver como esos y aquellos salieron de sus penumbras para al final surgir. Pero eso de qué vale cuando por dentro estás vacío, sin esperanzas ni con ninguna pisca de amor recibido. Después de tanto batallar, que no obtengas lo más importante y lo que más has buscado durante toda tu vida… amor
¿De qué sirve, entonces, el esfuerzo? ¿De qué sirve la vida? Alguien dígame: ¿¡DE QUE DIABLOS SIRVE!?
Un alma rota por las penas y hondamente herido el orgullo por el revés del destino, voltear y no ver a nadie donde recostar tu cabeza. Algún hombro amigo o algún brazo familiar...
O algunos labios rojos a los que “saludar".

He pasado mucho tiempo andando. Tuve un día la esperanza y la templanza de esperar por algo, por alguien que pueda levantar a este corazón. Un día los sueños empezaron a romperse; otro, las ilusiones se desmoronaron; al siguiente el cuerpo flaqueó junto con la mente para, al final, que las esperanzas mueran el ultimo día.

Junto con este pedazo de alma que escribe estas líneas


Es curioso ver como la gente te conoce un instante, se vuelve tú amigo o amiga y luego, si ya no tienes nada más que ofrecerle, te deja de lado. Los tópicos desaparecen y todo se torna turbio e incómodo. Las personas dejan de tener ese "interés" inicial en ti y van evitándote una y otra vez. Llega el día en el que te acostumbras... lamentablemente te acostumbras y poco a poco vas siguiendo el juego...

Aquellas personas a las que alguna vez dijiste "compadre", "hermano"; que viveron aventuras sin fin, horas de desesperación y compañerismo... pero pareciera que los cambios de tiempos y las distancias hicieran mermar estas relaciones al punto de separación, inseguridad y soledad. Cuando te das cuenta un grna amigo se quedó en el pasado sin nada ni tópicos para conversar.

Cuando te das cuenta perdiste a una persona valiosa. A una flor con un aura especial que solía curar tu alma

Y que ahora solo irradia toxinas para tu ser.

¿Y qué de culpa he de tener yo? Si solo he de hacer expresar lo que mi dueño siente: el apego por otra alma: el eros natural por una mujer, un ser del sexo opuesto, agregando esa necesidad de buscar su bien, darle calor a su alma y evitar que nada negativo le pase. ¿Ven que soy razonable en ese aspecto? Cumplo mi función natural en una mente creada a base de señales sinápticas, sesos y neuronas trabajando; las cuales dentro de ellas simplemente llevan la información de qué tan enamorado está mi portador: que tanto dejaría de su vida por ver bien a aquella que se ha escogido.

¿Ven? No he procedido de manera negativa. No he intentado dañar a nadie, no he golpeado/matado/asesinado/robado/insultado a nadie.

Mi único delito ha sido... amar!!!

Y secarme por dentro!!!!

Y DEJARME SECAR DE SENTIMIENTOS, AMOR Y COMPRENSIÓN!!!

He dejado el alma en cada instante que he amado en mi vida, más no he recibido nada a cambio. NADA A CAMBIO!!! He dejado las mariposas volar... para qué? PAR QUE AL FINAL SE POSARAN EN FLORES MARCHITAS!!! Sin néctar que llevar ni vida que albergar. Esas mariposas murieron hace tiempo...

Murieron de hambre, DE SED!! Sed de aquel manantial que libera una dama cuando estas entran en su estómago:

Aquel manantial llamado amor...

El amor tan puro de una dama enamorada...

pero que toda mi vida...

ha sido esquivo.

El favor de una dama, DE UNA SOLA, a la que nunca pude conseguir. De a pocos uno pierde la esperanza, uno pierde la actitud de acercárcele cuando te pegan con la indiferencia y la descordialidad de esa sensación de miedo... esa extraña sensación de miedo cuando un potencial amante se les acerca (sin fatas de respeto ni piropos, ni nada).

Así pues, queridos y queridas lectores, tomo esta fatídica decisión. Y TENGO PRUEBAS RAZONABLES PARA HACERLO. Porque ya no aguanto esta falta de ese algo que llena a un ser humano. Esta pobre alma, ¿de verdad creen que se merece este tormento? Prefiero irme a evitar que mi portador se vuelva más loco.

Y TENGO PRUEBAS. Pruebas que refuten el porqué decido irme,  abandonarlos a todos. Porque siempre, SIEMPRE, me ha pasado algo, ALGO, que mate mis esperanzas y que me arroje a una espiral sin control de emociones destructivas y llenas de desesperanza: desde la eterna amante mas no accecible, ¡¡¡Pero que amé con todo mi SER!!!; aquella a la que simplemente LE IMPORTÓ UN BLEDO lo que pueda yo SENTIR por ella y ¡¡¡ESCAPÓ!!!; a aquella a la que me aguantó, mas me dejó sumido en su INDIFERENCIA y MORIR lentamente a causa de la sed de ¡¡¡UN POCO DE ELLA!!!... y como olvidar a aquella a la que nunca, NUNCA, pude expresarle mi amor y tuve que romper una promesa, más allá de qué Dios ¡¡¡NO ME LO PERMITIESE!!!

(Y eso que no he llegado al punto de enamorarme de querer a alguien cuyo corazón ya esté ocupado... pero no pienso esperar)

Así pues, queridos y queridas personas, tomo la decisión de arrancarme de este mundo tan cruel e injusto: donde el verdadero caballero y amante no recibe consuelo, mas otros si lo logran. Donde las damas te agarran, te regurgitan y te escupen si no te necesitan. Donde... por enésima vez...

NO ENCONTRARÉ A ESE ALGUIEN QUE ME CURE LAS HERIDAS!!!

No he de sufrir más por ello... me voy a otro lugar, no sé si mejor o peor; pero me iré.




Díganles que de verdad las quise...

Y a la última que la seguiré queriendo...
mas que mi amo la olvidará cuando me vaya.

Adios.

LOve.


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Domingo 22 de febrero del 2015:

Reporte policial

Yo, el fiscal Arturo Díaz, he entrado a la residencia de donde se ha reportado la desaparición de un hombre cuyas características, según los vecinos, es un hombre alto con el pelo corto color negro. Suele llevar un jean celeste con una camiseta simple, He llegado hasta aquí para encontrar algún lugar en la ciudad donde lo pueda ir a buscar, además de confirmar el relato de los vecinos de que se oyen
gritos aquí.

Al entrar al domicilio, la escena era terrible: manchas de sangre por todos lados. Como si se hubiera estado salpicando chorros grandes de sangre por todo el lugar. Vi el mueble al costado de la puerta y leí la carta dejada ahí. Estuve confundido un rato pues no entendía a qué se refería; cuando de pronto noto algo raro en el sobre: no solo estaba cubierto de sangre, sino que parecía que tuviera el pedazo de un órgano pegado ahí, como si fuera una tripita que se queda pegada en tu manos luego de que cortes carne.

Indago un poco más alrededor y lo que encuentro fue perturbador: un pedazo de corazón --aparentemente del tamaño de un ventriculo-- debajo de una hojas. Pego un pequeño grito de espanto, agarro ese pedazo y volteo a dar unos pasos para indagar más adentro en la casa. Cuando de pronto, siento unos pasos viniendo de la penumbra de más adentro de la casa.

Venia un hombre alto; delgado; cabello lasio, un poco largo y desarreglado; con unos jeans celestes, una camiseta blanca manchada de sangre que tenía un hueco a la altura del pecho y algo en su mano, que estaba extendida para adelante, que parecía latir.

Luego recuerdo que levantó la cabeza, me miró, miró el objeto de su mano como se movia y, luego de esbozar una sonrisa en su rostro, me dijo:

"Hola"