Amigo... ¡Un gustazo!
No me esperaba volver a verlo.
(al menos no por acá).
Zona insegura, como
las zonas de guerra,
como las zonas prohibidas.
Como una calle de Lima.
Venga a un lado del camino.
Vengo cansado de tanto arar y asfaltarme
el camino que me he estado forjando.
No me ha salido bonito: tiene partes chuecas y algún agujero,
pero ha sido mi esfuerzo máximo:
no me pidan ir en contra
del caprichoso crecimiento de las plantas; cuya madre,
la Naturaleza,
hace que sea así.
Las cosas así, por Naturaleza, son difíciles.
Va un año ya... que hago todo
por volver fuerte a este pechito.
Va un año ya... que me sigo preparando
para la batalla más fuerte de mi vida.
Va un año ya... que la conozco
y no logro hacer algo determinante.
Y así diría bastantes cosas más...
He mirado atrás, y solo veo en negro.
Muchas cosas han pasado ya
y lo que lo enlaza con mi presente
no es precisamente bonito.
Aquello, brinda penumbra
Gente se aleja... gente vino.
Auras que un día juré lealtad... mis señores
ahora han tomado rumbo.
No especifico si me abandonaron
o abandoné.
No atino a decir la causa o consecuencia
o quizás si
o por qué las ondas no llegan
y no regresan
a destino.
La lengua no alcanza,
la paloma mensajera se queda a medio camino,
¿o simplemente la retienen y luego la comen,
tirando a un lado el mensaje?
No podría especificar
ni juzgar.
Solo me queda confiar
en la dificultad de nuestras vidas.
Mas... de algunos
si tengo su escencia,
el fuego de su alma,
calentando mi frío cuerpo.
Un mar de recuerdos,
de colores y canciones,
recorre el prado de mi mente.
Memorias de luchas y alegrias,
de penurias y tristezas,
de acompañarse en la triste lluvia
tapando la espalda de uno
y acobijando con el Fuego del Alma a otro;
o revolotear bajo la lluvia
de fotones del gran Sol
dejando a un lado obstáculos y piedras
mientras juramos poderlo todo.
No juzgo ni prejuzgo...
No digo que mi Campaña sea más dura
ni que sea malicia.
Solo confío en ellos
su capacidad y su lealtad,
aquella que yo,
alguna vez,
les brindé.
Sigo vagando solo
esperando a que alguno me recuerde
y me intente buscar.
Estoy solo... y lo reconozco
buscando y armando mi camino
mientras los rayos intentan alcanzarlos.
Estoy solo... y lo detesto.
Busco en cada sombra la presencia
de aquellos a los que bastante debo.
Estoy solo... y me acostumbro
por más que el pesar de mi alma se vuelva gigante
al no poder compartir un rato mas con ellos.
No los encuentro.
No están ahí.
Están muy lejos
Me fui a oeste...
...ellos, a este.
Da igual, aún los guardo en el Divino Amuleto con forma de ramo.
Este guerrero no aguanta más:
el pesar lo mata.
Agarraré los recuerdos de ellos
-los buenos y malos ratos-
y los guardaré en una cajita
toda bonita, toda tiernita
y la esconderé en el sótano
del castillo de mi mente.
No lo recodaré más
pues el recuerdo y añoranza me mata.
Los extraño... mas ¿que puedo hacer?
Por más que ruegue, las auras
no regresarán su camino
a llevarme con ellos.
No lo harían y tampoco los dejaría,
pues su destino y meta
los espera lejos de mi merced.
No me acodaré más... lo dejaré ahí
Si existe la posibilidad, volveré
a recodar los ratitos de placer,
los ratitos de luchas
y los ratitos de alegrías.
Sin embargo, algunas notas
en esa caja no las dejaré:
las llevaré conmigo.
Son pocos, pero existen.
Por lo demás...
Solo espero... en algún futuro...
volver a abrir esa cajita.
He regresado... mucho ha cambiado.
Me agarra una visión:
las auras reunidas en círculo
en un cuartito familiar.
El Fuego y su luz
se hace más fuerte.
Se oyen sollozos
griteríos al darse cuenta de la cruel separación.
Cada toma su rumbo
cada aura toma su camino
Morado, Turqueza, Rojo, Anaranjado, Azul, Marrón... se van separando.
Yo, el amarillo-verduzco, me quedo raro.
veo como se van
se despiden
¡pero si yo los siento todavía cerca!
¿Qué los apena?
Pronto, me veo solo.
Y lloro como nunca lo había hecho...
Me di cuenta del triste final.
Mi aura se da cuenta.
Los brazos que aquellas veces
me levantaron y me empujaban a seguir
ahora no están.
Siguieron su rumbo.
yo, busco cualquier rastro de ellos,
pero me paro perdiendo en mi torpeza
o en mi buena disposición.
Mi aura no puede más... y se retira.
¡Qué actitud voluble de los humanos
para no querer vencer a lo común
y dejarse llevar por la fuerte corriente de la vida!
La lealtad... no es tan fuerte en aquellos seres
de carne y hueso
que dejan a lo "es normal"
y no piensan en "será normal,
pero no dejaré que suceda".
No importa... no juzgo
ni prejuzgo.
Las auras se fueron
a buscarse un camino.
La visión ya la guardé
en la cajita de recuerdos:
aplasta el contenido,
machuca lo demás,
cierra la caja
y corre a guardarla;
ahí, al fondo, donde el olvidadizo subconsciente
no llega ni quiere llegar.
A donde le da flojera ir.
Va... agarro una tijera,
la hoja de mi vieja espada
y corto el cordón...
Algo más liberado...
Escucho a un colibrí...
No quería hacerlo...
Me entorpecía...
Guardaré la llave...
Mas quizá me olvide...
En dónde la esconderé...
La vieja espada... compañera de tantas batallas.
La Esposa de este guerrero.
Tajos, cortes, estoques, sesgos y ondas
he dibujado con su fiel doble hoja.
y su mortal doble filo.
Mas el Dios de Abraham sabe,
aquel que me donó el aura amarillo-verde,
que esto ya acabó para mí.
Así es, amigo trovador.
He envainado la espada
he colgado el cordón
y la he guardado en mi estante
de reliquias importantes.
No la empuñaré más,
no la blandiré más,
no la usaré para sesgar vidas ya...
Solo son un recuerdo
de una chispa y un trueno
en el mundo interno
de este soñador.
El caballero, su Señor
ya no necesita sus servicios.
La Paz debe rondar en su vida,
o al menos lo debe hacer así.
Porque las misiones se acabaron,
su vida persona peligra
-así como su alma-
y, además, debe una misión igual de grande:
La protección de aquellos con quien le donó la Vida.
Las almas de aquella aura Rojo Sangre... de mi sangre
¡Voy por ello!
Tres amuletos, más el Pan y la promesa de la Gracia Divina
me acompañan a lo que me sigue.
Este camino para terminar de forjarme
y llevar mi luz a Mundo
toma su más difícil sendero.
No obstante... me acompañan otros brazos.
No son como los de antes
y no creo poder verlos mucho
pero están ahí.
Almas nuevas y frescas con quienes compartiré
esta lucha
por mucho tiempo
(al menos eso esperamos todos).
Adentro estaremos
adentro lucharemos
adentro, quizá, caigamos
y de adentro saldremos.
Todos ellos tienen algo de parecido conmigo
uno es un caballero
otro es alegre
otro es gamer
y así...
Y todos compartimos casi el mismo chip.
Entre todos nos ayudamos,
pues el objetivo es el mismo,
y resolvemos los problemas que vienen.
No son de decir "sigue"
son de empujar y pedir ayuda.
Es... simbiotico
Y se siente genial.
Acostumbrarme pues con esas almas de diferentes colores y matices
compartiré los siguientes años.
La espada guardada está.
La cambio por un cerebro y un lápiz.
Las batallas más duras se avecinan
-esas que no requieren de la fuerza o los cortes,
sino de la inteligencia, maña e ideales-
y la primera prueba se avecina...
Atrás veo penumbras de recuerdos desaparecidos
Adelante veo incertidumbre de saber qué pasará.
Pues, mi luz, el brillo de mi aura dice
PRESENTE!
Aquí estoy para brindarle luminiscencia
a ese desorientado y turbio futuro.
La batalla se acerca...
sírvete una última copa, trovador
y tómese la mía si gusta.
Yo ya parto la carrera
saco la huaracha
sigo mi camino.
Es preciso y necesario que lo haga.
Con las heridas ya sanadas en cicatriz,
la moral en alto,
el cuerpo y mente entrenados,
los ideales y mi locura a tope,
así como la Gracia Divina y mis Tres Amuletos acompañándome;
mi aura se va para difuminarse
en aquel horizonte del camino
que busca ser creado.
Es momento ya que tome rumbo y desaparezca...
Sumergido en mi Nueva Campaña
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