Dale a un niño un gran poder y lo tomará como un juguete.
Dale a un adolescente un gran poder y se creerá el amo y señor del mundo.
Dale un gran poder a un adulto y buscará su máximo beneficio personal.
Dale un gran poder a un anciano y, luego de mirarlo y examinarlo, buscará, con mucha nostalgia, volver sobre sus pasos.
Nota: esto solo sirve hablando generalmente en esta sociedad. Depende de cómo evolucionemos socialmente para erradicar esto.
Un saludo
Jericó
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