miércoles, 12 de septiembre de 2012

Pasadizo

Estaba en un salón oscuro. Parecía no haber nadie cerca. No veo ni mi propia mano. Solo oscuridad. Al parecer, este salón lleva a un pasadizo. Aún sigue oscuro. No sé… un escalofrío me recorre toda la espalda. Da miedo… mucho miedo.

¿Qué fue eso? Oí un grito. Venía de lejos, hacia el este. Pero igual, el muro me va a… Espera… esa brisa. ¿Estoy al aire libre? Rayos… parece que sí. Igual, no debo demostrar miedo. Si no va a ser peor.

El sol ni brillaba. Muy extraño le parecía. Era un sendero muy largo. Muchos ruidos alrededor. Sin darse cuenta, había caminado ya más de 5 kilómetros. Había abandonado el salón de donde había empezado para dar a un pasadizo al aire libre y; más tarde, dar a un laberinto alto de arbustos. Pero no era cualquier laberinto. Aquí, piezas de pared se alternaban con las enredaderas. Y para su mala suerte, solo había tocado la pared. Pobrecito… no se podía dar cuenta de dónde estaba. Hasta que…

¡Espera! ¿Y esto? Parece ser… ¿un arbusto? Ahora que lo pienso: estoy afuera porque se siente una brisa, algo placentera pero fría; y estos arbustos… estoy en un pasadizo de… ¡Ouch! Espera… una pared adelante y… más arbustos. Parecen dos senderos… Oh no… ¡ESTOY EN UN LABERINTO!

Efectivamente… En eso, los sonidos empezaron a sonar más fuerte. Gritos, aullidos, roces de metal… hervían la sangre de nuestro amigo. Aun así, intentó guardar la calma y buscar una salida.

Por aquí… no. Tampoco por aquí

¡ROOOAAAR!

¡Rayos! ¿Qué fue eso? De todas maneras no voy por… -¡AAARARGGRGARHAHHHHH!-¡AAA! Ok… debo irme de aquí. Esperen… ¿Quién está ahí?

-Hola… te estaba esperando… ¡Jaaajajjajajjajaaa!

¡AAA! Tú… ¿qué o quién eres?

-Qué o quién soy… Wow muchacho, en verdad tienes agallas para dirigirme la palabra.

Mejor me voy… siento como mi corazón golpea. La desesperación se apodera de mí. Sólo he de regresar por donde he venido. Pero… ¿qué rayos era eso? Se le oía una voz muy…

-Hola de nuevo… No te escapes, no hay a donde ir.

¡¡¡M@&%a!!! ¿Tan rápido es? Recuerdo que estaba corriendo rápido antes de sentirlo adelante mío. ¿O son varios? Bueno… a encontrar otra salida. Sé de que si me muevo, lo perderé.

Ay vaya… ¿cuánto habré corrido? Ya perdí la ilación de mi tiempo. Siento como si hubiera estado aquí horas. O quizá medio día ya. Igual, este laberinto se está volviendo peor. Me estoy cansando… mi estómago está vacío y mi futuro es incierto. ¡Au, mis ojos! ¿Qué es eso? ¿Un poco de luz? Al menos veo mis manos, pero sigue en penumbra. Wow… ¿tenía esas zapatillas? No recuerdo habérmelas pues…

-¡JAAAJAJAJAJAJA! ¡Hola! ¿Me extrañabas? ¡Já!

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!

Fue el momento más impactante de su vida, pensó. En ese momento de poca luz, el monstruo se le apareció ni bien levantó la cabeza. Parecía suspendido en el aire, con su cara pegada a él, pero invertido. Además, ese rostro era medio deforme, con muchos cortes, ensangrentados algunos; y la cara pintada de blanco, amarillo y rojo, alternándose con la piel muy maltratada. Además, le dio un corte de garra en su brazo izquierdo. El chico volteó lo más rápido que pudo y echó a correr. Mientras corría, y recordando esa cara entre sollozos y maldiciones llenas de terror, se dio cuenta de algo mucho peor…

Esa cara… se parecía a la suya.

Siguió corriendo y escuchó un ruido de metales de nuevo rozándose. Tanta atención le puso que no pudo evitar chocarse fuertemente con las paredes del laberinto. Pero estas habían cambiado: ahora las enredaderas y arbustos estaban con espinas muy agudas y las placas de pared estaban muy rasposas. Cada golpe resultaba en una herida, un raspón aún más doloroso y un rastro de sangre muy importante.

-Jijijijiji… jaaajajajaja… ¡JAAAAAAJAJAJAJA! ¿Aún crees poder escaparte de mí? ¡Já!

Esa risa fue suficiente. Lo desesperó aún más. Intentó correr para alejarse de ese sonido de metal y esos pasos. Lo que no se dio cuenta era que la penumbra titilaba a hacerse oscuridad pura. Como una estrella titila en el cielo, solo que con matices de oscuridad…

Y confusión en su cabeza.

Además, cuando se sentía algo lejos del monstruo de aquella cara, regresó a su mente un detalle más…

-¡Cierto! ¡Las otras bestias!

Idiota, no debiste haber gritado. ¿No sabes que al hacer eso das tu posición? ¿No sabes que al hacer eso le brindas una señal de desesperación a todo aquello que quiere hacerte daño y tragarse tus viseras una a una? ¿No te has dado cuenta que te acabas de dar sentencia de muerte, y una muy horrible y desagradable?

-Creo que sí…

Como si fuera poco, y efectivamente a esa advertencia, aparecieron 3 monstruos al frete de él. Dos de ellos eran grandes y grotescos, sacados de una película de terror de Hollywood, o de sus más horribles e insanas pesadillas. Botaban babas y sangre por su boca. Sus cuerpos estaban ensangrentados y magullados quién sabe por qué peleas que hayan tenido. El tercero era más pequeño, parecido a un velociraptor con aspecto más humanoide y con una cola muy larga y con púas. Además, lucía un aspecto más desgarrador.

Nuestro infortunado amigo los veía acercarse segundo por segundo, por efecto de la penumbra. Lo único que pudo hacer fue gritar aún más mientras se pegaba como un pobre perro sin escapatoria al arbusto de atrás de él, sin antes pincharse con las espinas. En un momento de lucidez mental, atinó a correr de ellos, olvidándose de lo que le podía venir después.

En fin, todo por vivir un poco más de tiempo…

Pero no contó con lo rápido del monstruo más pequeño. No llegó a contar más de 20 metros corriendo hasta que algo lo agarro por la cintura, le trabó las piernas y lo hizo caer, pegándole con una bolar maciza de púas en la espalda.

¡AAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUUUU! ¡Bestia del demonio! Tú y tu maldita vida. ¡Déjame en paz! Ay, y yo sin poder ver. ¡Lárgate! ¡Que te largues!

-¡AGUAJJAJAJGUUUUUUUUUUUU!

¡AAAAAAHHH! ¿Cuál fue ese, mi brazo? Si… al menos aun tengo las piernas para correr. Pero esto duele mucho. Siento como la sangre corre de mi brazo y mis huesos los siento al aire… Eso si es que aun están pegados a mi cuerpo.

-¡ROOOOOOOOAAAAAAAAARRR!

¿Y eso? Tus amigos, ¿verdad, bestia pequeña? Aquí nomás quedo… Que detestable tener que ser comida de estas cosas.

-¿Tú, su presa? ¡JAAAJAJAJAJAJAJA! No tienes nada de resistencia, muchachito. ¿Y aun así optaste por dirigirme la palabra antes? ¡Já! Eres un completo idiota. ¿Escuchaste? ¡UN COMPLETO IDIOTA! ¿JAAAAAJA!

-¿Pero qué…?

En ese momento, el personaje de la extraña y macabra risa se acercó muy rápido. Se adelantó a nuestro amigo y empezó a descuartizar a todas esas bestias. Empezó con el más pequeño: con fuerza sobrehumana lo agarró del cuello, lo aventó contra una pared y le clavó sus dobles espadas de doble filo en todo su cuerpo como loco. Já, la ventaja de aparecer y desaparecer tu espada desde la palma de tu mano. Por último, le cortó la cabeza.

-¿Por qué me defiendes? –Viendo la escena entre penumbras vagas–Si antes parecía que me querías matar.

-¿Y dejarle esa diversión a estas cosas? Yo creo que no –con mucho sarcasmo respondió– Además, yo soy el rey de este lugar y deben aguantar lo que quiera hacer con ellos. Y, ¿sabes? A decir verdad…

-¿Qué cosa?

-Ya me había cansado de degollar monstruos… ¿Por qué no mejor… HUMANOS?

El chico intentó levantarse y escapar; Pero no podría por las heridas. Su brazo izquierdo estaba herido; su brazo derecho, a medio comer y su espalda, hecha añicos. Lo único que pudo hacer fue ver como el ser de las espadas mutilaba las dos bestias con notable agilidad y mucho sadismo; regando sus extremidades perdidas por el piso, destripándolos y desparramando cualquier cosa que saliera de ellos con mucha facilidad y una locura muy extraña, mientras demostraba su nada sana felicidad cuando alternaba risa con corte y destripamiento.

Acabado este “espectáculo”, el pobre muchacho, con las heridas abiertas y mucho más traumado, andó a correr a lo que pudo. Todo lo que pudo hasta que el personaje de la cara extraña lo alcanzara, con un encuentro similar al primero, pero empujándolo al suelo.

-Te dije que no te ibas a escapar… No te vayas.

-¡AAAAHHH!

-¡Jajajajaja! ¿Tanto miedo te doy? Pero si te he salvado de esas cosas… si bueno, ya sabes para que. ¡JAAAAAJAJAJAJAJA!

-De nuevo… ¿qué o quién eres?... Si me vas a matar al… menos dime…lo.

-Naaa, no lo creo. El vencido no tiene derecho a preguntarle algo al vencedor. Y no pienso decirte nada. Solo… mutilarte.

-¡Te lo exijo!

-¡Cállate que nunca mereciste mérito para exigirme nada! –Le mandó una patada que lo mandó a volar unos cuantos metros antes de pegar en un muro– Siempre fuiste un debilucho sin razón. Nunca mereciste mi respeto ni nunca te preocupaste en mi existencia. ¿Y así quieres que te revele ahurita, que te tengo a mi merced, quién soy?

-¿Qué tu existencia qué? Es la primera vez que te veo. No recuerdo haberte visto nunca antes. Ni siquiera como amigo imaginario ni nada. Espera…

-Ya te diste cuenta, ¿no? No soy nadie que has conocido de afuera de tu antro mental. Estoy ahí adentro. Resido ahí. Y me he forjado un pequeño reino… Un reino donde vive todo lo malo e inhumano de ti, aquellas cosas que reprimes con tu cordura y tu rectitud. ¡LO QUE ME ASQUEA DE TI!. Solo nos reprimiste… me reprimiste. Nunca te preocupaste por…

-¿Y qué esperabas? ¿Qué te saque? No sé ni siquiera qué eres, pero a lo que dices... eres cosas malas de mí. ¿Y así quieres que te permita salir?

-¡CÁLLATE! Si quieres saber, soy una de las peores cosas que hay dentro de la cabeza de un humano. Responde al límite de un humano y algo a lo demoníaco. Casi nunca me has usado… Uso muy bien la locura y todas las cosas malas de ti, ya las absorbí. Me dejaste ser fuerte, muchacho, aunque no me pusiste atención. ¿Ya sabes quién soy?

-No, pero espera, dame más tiempo y me daré cuen…

-¡MUY TARDE! Muere… duerme pronto que YO me alzaré… ¡JAAAAAJAJAJAJA!

-¡NOOOOOOOOOOOO! Soy más fuerte… debo… ¡DESPERTAR!

Un estoque con energías alrededor se acercó al cuerpo de nuestro amigo. La segunda espada iba con un corte horizontal, también con un aura de energía, que prometía cortarlo en dos. En eso…

-Hijo, hijo; Levántate. Has estado durmiendo dos días después de ese golpe. ¿Estás bien? Estás en el hospital y son las 2 a.m. Estoy aquí sola contigo, en tu propia habitación. ¡Ay, abre los ojos! ¿Cómo te sientes?

Oh… mi madre. Tiene lágrimas en los ojos. Al parecer todo terminó. Desperté antes de ese estoque. Pero… me pregunto: ¿y si le doy más razones para llorar? ¿Qué pasaría si… le desgarro la cara con mis garras? O… ¿si intento usar algo de mí alrededor para hacerla volar en pedazos?

mUchas opciones…

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